04 octubre 2010

Algunos métodos de estudio que nos aporta la ciencia

Quienes investigan el cerebro buscan terminar con los mitos sobre cómo aprendemos mejor. Sesiones de inmersión en un tema o aislarse en un rincón de la casa son algunos, ya que se retiene más cambiando de ambiente o mezclando las materias.


Faltan sólo 72 días para rendir la PSU. Es el tramo final del año escolar, cuando abundan las noches en vela y en muchos hogares se vive una verdadera cruzada familiar para crear un ambiente de estudio: nada de música estridente o reuniones inesperadas con amigos. Se recurre a fórmulas conocidas. Como buscar un rincón apartado de la casa para encerrarse a leer, redactar trabajos, hacer ejercicios y resolver problemas. Todo el tiempo que sea necesario y sin moverse, excepto para ir al baño o prepararse un café. Nada de distracciones.

Pero poco a poco, la ciencia ha ido descartando cada uno de estos hábitos de estudio, que por décadas parecieron irrefutables para lograr un buen aprendizaje. Durante la última década, una serie de investigaciones en torno a cómo funciona el cerebro ha definido las estrategias más efectivas para consolidar el conocimiento.

1)CAMBIAR DE AMBIENTE

Uno de los métodos de aprendizaje que ha surgido de los laboratorios de Sicología de distintas universidades es el que nos dice que para estudiar una sola materia, lo mejor es cambiar de ambiente.

Pasar del escritorio al living o al dormitorio. O simplemente, caminar por el patio mientras se lee. "El moverse es útil, ya que hace que el organismo libere neurotransmisores y catecolaminas que facilitan la llegada de sangre al cerebro", dice Sergio Mora, académico del Instituto de Ciencias Biomédicas de la U. de Chile.

Pero hay otro aspecto. En un experimento se demostró que los universitarios que estudiaron una lista de 40 palabras en dos salas diferentes (una sin ventanas y estrecha, y otra amplia y con vista a un patio), obtuvieron mejor puntaje al enfrentar una prueba que aquellos que estudiaron dos veces el listado en la misma habitación. Según dice a The New York Times el sicólogo Robert Bjork, de la U. de California en Los Angeles, "cuando el contexto externo varía, la información es enriquecida, lo que hace más lento su olvido".

Esto porque, además de procesar lo que se estudia, el cerebro registra el contexto: el espacio en que estamos, los colores, la luz. "Por eso, cuando uno olvida una tarea que iba a realizar, muchas veces tiene que volver al lugar donde se originó ese pensamiento", explica Sergio Chaigneau, académico de la Escuela de Sicología de la U. Adolfo Ibáñez.

Cuando la persona cambia de lugar está alterando el contexto y renovando así el "telón de fondo" de nuestra sesión de trabajo. Así se obliga al cerebro a realizar nuevas asociaciones con el contenido que estudiamos, es decir, el conocimiento se enriquece con los diferentes ambientes y esto lo ancla más fuertemente a nuestra memoria.

2)MEZCLAR CONTENIDOS

Pero si alguien está obligado a estudiar en un solo lugar, lo mejor es que mezcle contenidos. Dedicar un tiempo a una materia y luego cambiar a otra. Más tarde, incluso, a una tercera. Esta es otra estrategia que eleva la retención del conocimiento.

Es lo que se observa, por ejemplo, en un estudio de la U. del Sur de Florida, publicado por la revista Applied Cognitive Psychology. Los estudiantes aprendieron a resolver ecuaciones de dos maneras: un grupo estudió cinco tipos de fórmulas alternándolas, mientras que el otro estudió en detalle un tipo, para después pasar al siguiente y luego al siguiente. Al otro día, al hacer una prueba, los que aprendieron la materia mezclando los tipos de ecuaciones obtuvieron un puntaje de 77%, mientras que los que iban una tras otra lograron sólo un 38%.

La explicación es simple: cuando se resuelve un problema, luego otro y otro, pero siempre del mismo tipo, ya conoce el procedimiento y es como andar en bicicleta, algo automático. Mientras que cuando el problema que sigue es distinto, de alguna manera desconcierta al cerebro, el cual debe encontrar un nuevo procedimiento para solucionar el ejercicio. Y esta es la forma, además, de cómo se presentan los problemas en una prueba de verdad: mezclados.

Algo similar ocurre cuando la persona -obligada a estar en un solo ambiente- aprende lenguaje. Aquí el máximo rendimiento se logra mezclando vocabulario, lectura y pronunciación. Esto es algo conocido intuitivamente por los atletas, por ejemplo, que combinan distintas rutinas en cada sesión de entrenamiento. Similar estrategia usan los músicos, que en sus ensayos ejecutan diferentes escalas, piezas musicales o hacen trabajo rítmico en una misma sesión.

Lo anterior, además, echa por tierra la creencia de que los cursos de inmersión intensiva -que abordan sólo un contenido- son buenos. Por el contrario, al mezclar distintos contenidos, se obliga al cerebro a detectar las semejanzas y diferencias más profundas de las cosas y no sólo los aspectos más superficiales. Esto es habitualmente algo subconsciente, según los expertos.

"Desde hace un tiempo conocemos estos principios y es un misterio que las escuelas no los hayan usado o que las personas no los hayan aprendido por simple ensayo y error", agrega Bjork. En su opinión, estamos llenos de falsas creencias acerca de lo que sirve para estudiar y aprender.

3)VARIAS FORMAS DE CONTENIDO


Existe la vieja noción de que cada persona tiene su estilo de aprendizaje, algunos más visuales, otros más auditivos. O que uno es más de hemisferio derecho y otro de izquierdo. Por muchos años, los sicopedagogos y educadores han basado sus recomendaciones en los estilos de aprendizaje, incluso, han surgido tests preparados especialmente para identificar el estilo de cada estudiante.

Pero un reciente estudio en EE.UU. revisó las investigaciones que por décadas se han hecho en torno a los estilos de aprendizaje. El resultado: no hay evidencia concluyente sobre la existencia de estilos diferentes y su impacto en el rendimiento.

Para el sicólogo Daniel Willingham, de la U. de Virginia y autor del libro ¿Por qué a los estudiantes no les gusta el colegio?, la noción de estilos es sólo útil en el sentido de aplicar estas distintas claves para enseñar un mismo contenido. En lugar de que el profesor sólo exponga la materia, es preferible que use mapas (visual), bailes (kinestésicos) y lecturas (auditivas) para aprender sobre determinada cultura. Así tendremos distintos caminos para recordar este contenido.

4)ESPACIAR EL ESTUDIO

Si bien el estudio intensivo de una materia para salvar el examen del día siguiente puede servir, los expertos advierten que esto es como llenar a presión una mochila, que después de unas horas, se rompe y deja caer todo el material. Podrá obtener una nota regular, pero al pasar al siguiente curso no recordará ese contenido.

Pero si el estudiante se preocupa de ir guardando la materia en forma ordenada y pausada en su cerebro, retendrá el contenido por mucho tiempo. Muchos estudios demuestran que leer una materia una noche, volver a hacerlo el fin de semana y repetir esto dentro de una semana, mejora el recuerdo de largo plazo.

Según el sicólogo de la U. de California, en San Diego, Hal Pashler, no hay buen aprendizaje estudiando la misma materia dos días seguidos. Espaciar varios días el repaso y hacer un nuevo repaso un mes más tarde, mejora hasta cuatro veces la retención.

Para esto no hay una explicación evidente. Los expertos creen que cuando el cerebro se reencuentra días después con algo ya leído, se produce un reaprendizaje, pero sumando nuevos detalles.

Según Nate Kornell, sicólogo del William College y autor de estudios sobre el espaciamiento del aprendizaje y su beneficio para la memoria, lo que sucede es que "olvidar es el mejor amigo de memorizar". Cuando olvidamos algo, se nos facilita reaprender, lo que sucede efectivamente la próxima vez que revisamos la materia.

5)HACER AUTOCONTROLES


El fenómeno anteriormente descrito lleva a los científicos a pensar en la siguiente clave: los autocontroles. Cuando el estudiante se enfrenta a sus propios tests -como los facsímiles de PSU-, lo más relevante no es que se "evalúe" lo que sabe, sino que el estudiante está aprendiendo y reforzando.
Esto, porque recordar una idea o un concepto es diferente a apretar play para ver otra vez un video. Aquí, de lo que se trata es de traer esa idea nuevamente a la memoria y, en cierta forma, volver a procesarla, afirma Henry Roediger, de la U. de Washington. Esto hace que al guardar ese conocimiento por segunda vez y ya revisado, esté ahora más accesible para futuras necesidades.

El máximo provecho de esta técnica se logra cuando se aplica una prueba al día siguiente de haber estudiado. Entonces, en lugar de estudiar dos días seguidos el mismo tema, es mejor hacerlo un día y al otro hacer el control que, incluso, puede limitarse a tratar de acordarse de la materia en la forma más detallada posible.

Los expertos coinciden en que se trata de una poderosa herramienta de aprendizaje, ya que mide el conocimiento pero, además, lo mejora. Y la retención supera hasta en un 150%, al compararse con quienes estudian dos veces seguidas la misma materia.

6)NO DAR POR SABIDO

Otro aspecto a tener en cuenta al momento de estudiar es no dejar de lado lo que ya se aprendió. Los investigadores advierten que este factor aún debe ser investigado en experimentos masivos con estudiantes, pero existe bastante evidencia que respalda esto.
Si alguien estudia una materia y luego recuerda bien ciertos conceptos, no debe dejarlos de lado. Es bueno que los repase en la próxima sesión junto al resto del material, ya que esto mejora el recuerdo global del contenido y refuerza los puntos débiles. De lo contrario, la retención de largo plazo será menor y de peor calidad.

Fuente original: http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2010/10/659-296052-9-la-ciencia-nos-ensena-como-estudiar.shtml

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Me interesan tus comentarios, ¡gracias por contribuir!