23 diciembre 2009

Suciedad, temor y odio...¿Todo duerme en derredor?


Una adolescente embarazada con un novio que no sabe como reaccionar. Una sala de maternidad llena de animales, insectos y malos olores. Astrólogos paganos consultando la carta zodiacal y siguiendo símbolos del cielo. Un gobernante desquiciado que asesina niños recién nacidos. Huida, escándalo, matanzas, inseguridades.


¿Se nos vienen esas imágenes a nuestra mente cuando pensamos en la navidad. Lo más probable es que no. Hay muchas otras imágenes menos desafiantes en esta época que han “plastificado” y “desinfectado” el mensaje de la navidad.


Creo, sin embargo, que el mensaje de navidad tiene mucho más que ver con ese caos que con lo que actualmente pensamos.


Raymond Bakke lo dice así:
“La historia de navidad trata de un inmigrante intercontinental llamado Jesús, que nació en un establo prestado, vivió en el África, volvió para ser asesinado como un criminal y enterrado en una tumba prestada, pero que resucitó de entre los muertos y ahora es el salvador triunfal del mundo.” 1



¿Por qué Dios eligió esta realidad?¿No era más fácil hacer las cosas de una manera más “normal” o “estándar”? No estamos dicendo que Cristo naciera en un palacio, ¿pero por qué no en una casa?¿En compañía de sus más cercanos? Lo extremo de Dios nos sorprende una vez más.
Dios tenía un mensaje importante que darnos por medio de la historia del nacimiento de Jesús. Una historia de navidad que transmite un mensaje que tiene sentido más que nunca para el día de hoy.


Desde la creación del mundo, Dios, por medio de su palabra transformó el desorden en un orden. Cuando todo estaba revuelto, Dios habló y su palabra trajo sentido al sin sentido. Lo mismo sucede en Belén. En medio del temor de los protagonistas Dios por medio de sus ángeles les dice : No temas (Lucas 1:30, 2:10, Mateo 1:20)


La complejidad de esta vida muchas veces nos hace pensar que Dios no está actuando. Que esta escondido o que gusta de hacernos sufrir. Creemos inclusive que Dios delegó el andar de la historia a algunos poderes caprichosos a los cuales es imposible de entender
Sin embargo, su palabra nos muestra una mirada distinta. La voz de Dios se repite “No temas”. Aún en la incomprensión del desorden de nuestra vida, de las cosas inconclusas, del dolor Cristo nos dice “No temas, que yo puedo traer sentido al sin sentido”.


En medio de las crisis globales, de los sufrimientos familiares, de las incertidumbres políticas, de las religiones guiadas por el dinero Jesús trae su mensaje de navidad


El convierte el caos en cosmos.


En el pesebre, en medio del temor y la inseguridad, nace el salvador del mundo, aquel que lleva por nombre Emanuel : Dios con nosotros.


El mensaje de navidad que debemos recordar es que hay una esperanza que supera y va más allá de nuestra realidad. Jesús vino para rescatarnos de nuestra desesperanza aprendida y acostumbrada, el vino a darle perspectiva divina y eterna a nuestras circunstancias.


¿Qué quería mostrarnos Jesús con este nacimiento tan poco tradicional? Qué el está actuando, que el está presente y que en medio de nuestra naturaleza caída, de nuestra empobrecida mirada de la vida, el tiene un buen plan. Una buena mirada. Una mejor esperanza.


El mensaje a los pastores sigue y seguirá resonando en medio de nuestro mundo:
“No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán de motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor” (Lucas 2:10-11)NVI

Bakke Raymond, La misión integral en la ciudad. Edit. Kairos. 2002, P. 67

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