Una vez me contaron algo curioso que no sé muy bien si es verdad. Esto tenía relación con escaparse de el vientre de una Boa. Aquí les doy el dato:
Lo que había que hacer (si una boa decidía elegirte como su desayuno) era tomar un cuchillo entre las manos, hacerse el muerto y dejar que la Boa te tragara lentamente hasta la altura de tu cuello. Luego al estar ya completamente en el interior, debías tomar el cuchillo con todas las fuerzas y romper la piel de la boa por dentropara escapar.
No sé si alguna vez alguien haya logrado escapar de esa manera (sobre todo teniendo en cuenta que es muy posible que se te olvide tomar el cuchillo en ese momento), pero si sé qe esta situación me recuerda una historia que se nos relata en la Biblia:
Jonás 1:17 dice: "Mas Jehová había prevenido un gran pez que tragase á Jonás: y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches."
¿Te has puesto a pensar que significa estar en el interior de un pez? Creo que debe ser una de las cosas más repugnantes que te puede pasar. Primero que nada oscuridad total, sin poder oír nada (solo el ruido de los intestinos del pez por supuesto), te vez en la obligación de tocar con tus manos, cuerpos y pies todos los desechos que come el pez. Si a esto le sumamos la incertidumbre de no saber que pasará contigo el resultado es escalofriante.
Pero Jonás descubrió como hacer vomitar un pez por dentro:
"Y oró Jonás desde el vientre del pez á Jehová su Dios. 2 (2-3) Y dijo: Clamé de mi tribulación á Jehová, Y él me oyó; Del vientre del sepulcro clamé, Y mi voz oíste. " Jonás 2:1-2
Este profeta de Dios estaba tratando de escapar de su presencia y ahora está en un gran problema. Un problema que al parecer no tenía salida. Pero él a pesar de todo, sabía que Dios era un Dios compasivo. Y es a esta compasión que se acerca.
El oró a Dios en su necesidad. No había otra forma. No había otra salida
Tal vez hay veces en nuestras vidas que nos sentimos agobiados o casi muertos. Siguiendo con la metáfora: nos sentimos viviendo en el estómago de un pez. Todo es oscuridad. No hay salida. Todo lo que llega a nuestras manos son desperdicios. Y lo peor de todo: hay silencio....un gran silencio.
Dios nos invita a clamar a Él en medio de nuestra desesperación. En medio de nuestro silencio.
No hay grandes fórmulas para volver a Dios. A veces pensamos que todo es muy complicado. Sin embargo, todo se trata de un acto de voluntad que debemos hacer. Un acto de nuestra voluntad que puede cambiar el sentido de nuestras vidas de maneras que jamás podríamos pensar.
Dios te está buscando, aún dentro de tu gran pez.
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